lunes, 22 de junio de 2015

El Ligre



Una noche, mientras ensayábamos, comenzamos a probar con cuentos improvisados. Cada uno decía una frase (coherente claro) para crear un cuento en grupo. Como somos ocho personas en el grupo, cada uno con su propio estilo de narrar ,los primeros quince intentos fueron un desastre, finales raros, mal cerrados, historias sin conflicto, perdíamos al personaje principal: desastre total.

Pero luego de probar y probar nació un cuento decente, con más forma, personajes definidos y sobre todo ¡improvisado! Hoy queremos compartirlo con ustedes y si tienen opiniones al respecto, no duden en escribirlas.



EL LIGRE

Cierta noche en un zoológico de Brasil, un león muy sigiloso, se metió en la jaula de una tigresa que le venía haciendo ojitos desde hace unos meses. Se abrazaron y jugaron como dos enamorados; por lo cual, tiempo después tuvieron una cría, rara, diferente, especial para sus padres pero totalmente inusual para todos en el zoológico. Como había que ponerle un nombre, optaron por lo más lógico llamándolo así Ligre, mitad tigre mitad león.


El pequeño cachorro a medida que fue creciendo fue sintiendo que no encajaba en ningún lugar, los tigres no lo aceptaban ya que  tenía la melena de un león y los leones no querían saber de él por sus rayas de tigre. Los otros animales del zoológico ni lo miraban porque les parecía un monstruo.


Cuando Ligre llegó a la adolescencia sufrió una crisis de identidad y la tristeza se apodero de él. Comenzó a preguntarse porqué él era tan diferente a los demás animales, porqué había nacido así, porqué sus padres habían sido tan crueles de traerlo al mundo si él nunca les había pedido venir. Tanto se preguntó esta y otras cosas que quiso terminar con su sufrimiento ya que en este mundo no había lugar para un ser como él. Lo planificó todo, era tan meticuloso y preciso como cualquier felino, todo debía estar bien hecho. Escogió acabar con su tragedia en la laguna artificial del zoológico, pensó cómo burlar a los guardias, confundirse con la noche y pagar a unas cuantas ardillas para que le abrieran la jaula.


La noche llegó, Ligre logró llevar todo su plan a la perfección pero ahora se encontraba a orillas del lago, llorando para tomar valor y justo cuando estaba a punto de entrar al agua, vio un bultito que lo miraba desde dentro de la laguna; Ligre retrocedió y miró fijamente  mientras de a poco asomaba su cabeza un animalito desconocido para él. Tenía pico y cola y cuatro patas, era totalmente raro, diferente, especial. Con cautela el animalito salió del agua y le preguntó por qué lloraba, Ligre le contó toda su desventura y su plan para tirarse al lago. Al escucharlo, el extraño animalito le pidió que respirara profundo y que lo viera de patas a cabeza ya que estaba viendo a un animal que había pasado por lo mismo: una noche su papá, siendo un castor muy trabajador se quedó horas extras a trabajar en la presa donde conoció a una patita muy coqueta que luego de un par se citas llegaría a ser su madre. Al escuchar esto Ligre no paro de reírse, el ornitorrinco se rió también.

Desde esa noche Ligre y Ornitorrinco se hicieron muy buenos amigos, las ideas trágicas y los sentimientos tristes desaparecieron de Ligre para convertirse en un animal hermoso, grande, único y muy visitado por las personas que entraban al zoológico. Quizá lo único que le faltaba a Ligre era comprender que las circunstancias y encuentros extraños pueden producir seres únicos en el mundo.




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