jueves, 25 de septiembre de 2014

La belleza de los microcuentos

Los microcuentos, como bien pueden imaginar, son cuentos muy cortos. Su característica principal es contarnos una historia en menos de 100 palabras. Abarcan una infinidad de temas: amor, terror, suspenso, infantiles, ficción, etc. Además el título que se pone al microcuento ayuda muchísimo ya que nos da una idea general de la historia.
En palabras del escritor Homero Carvalho: "...en el microcuento no interesa tanto lo que se escribe como lo que no se escribe, importa mucho más lo que se deja de decir, lo que se sugiere, porque allí está el universo narrativo e incluso el título es parte sustancial del texto, llegando a redondear la historia contada".
El microcuento más corto de la historia es el del grande Augusto Monterroso:
EL DINOSAURIO
Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.
Cientas de interpretaciones se han hecho de este cuento porque, como cualquier microcuento, nos permite imaginar infinitamente todo aquello que nos sugiere.
Revisando microcuentos para nuestro repertorio nos encontramos con los de un jóven escritor boliviano.
Felipe Parejas nació en Santa Cruz de la Sierra en 1985. Siendo publicista trabajó como jefe de comunicación del Gobierno Municipal de Santa Cruz. Ha escrito y dirigido diversos comerciales para varias marcas reconocidas como PETA y Michelin. Actualmente escribe y dirige guiones para  televisión.
El año pasado (2013) publicó PEQUEÑOS INSOLENTES, un libro con
58 microcuentos exquisitos sobre diversos temas.
En esta ocación los dejamos con tres microcuentos que llegaron a formar parte de nuestro repertorio.
Amor de verano
Ya atardecía cuando Ramón y Mariela se revolcaban en la playa. Él, moreno y atlético; ella blanca como la arena. Hacía días que él había notado su presencia, paseando sola por la costa. Ella también lo había visto, la atracción evidente. Una tarde, Ramón se lanzó sin preguntar, la tomo de la cintura y se entregaron en un beso salado y profundo. Todas las noches se encontraban a la misma hora, para besarse apasionadamente sobre la arena. Pero nunca pasaba nada más.
Hasta que un buen día, Ramón se cansó. A pesar del lloriqueo de Mariela, la tomo en brazos y lo arrojó de vuelta al mar. Y esa misma noche prometió nunca más meterse con una sirena.
Cuento de Hadas 1
Tremenda sorpresa se llevó el doctor Peredo cuando una noche, en busca de pasión, término levantándose al Lobo Feroz disfrazado de abuelita.
Leyenda urbana
Apenas oscureció, se robaron una pierna de la morgue, cruzaron toda la Facultad y entraron a hurtadillas a la habitación 604. Abrieron la cama de Paula y sin prender la luz, escondieron el miembro amputado. El susto que se llevaría. Antes de salir, ocultaron una pequeña grabadora de vídeo para registrar la broma pesada. Al día siguiente, irrumpieron de nuevo en la pieza y se llevaron la cámara con ellos.
La cinta corría y nadie se animaba a pagarla. La imagen era espantosa: frente a la estática del televisor y con los ojos completamente en blanco, Paula masticaba ensimismada la pierna mutilada que le habían obsequiado.

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